
El medio del Arsenal, formado en La Masía, la factoría donde se han forjado muchos de los grandes cracks azulgranas, desea volver al Camp Nou para estar cerca de su familia y levantar los trofeos que hasta ahora se le han resistido con los gunners, que piden por él 45 millones de euros (negociables). El Barcelona ofrece 30, por ahora.
Todo sería perfecto si Cesc no fuera el objeto de deseo también de Sandro Rosell, el hombre (y enemigo) que ayudó a Joan Laporta a llegar a la presidencia del Barça y que se postula como candidato a las elecciones culés en 2010.
Rosell pretende que Cesc sea su gran baza electoral en los próximos comicios, donde ya no estará Laporta, pero sí un candidato de su confianza.
Es por ello, que el presidente del Barça intentará el fichaje del medio de Arenys antes de que llegue la cita en las urnas y arrebatarle así a su rival más fuerte su principal arma electoral.
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